CIENCIA E HISTORIA: ESTUDIAN DIENTES DE DINOSAURIO

 

Los dientes de dinosaurio revelan secretos de hace 150 millones de años

¿Qué nos pueden contar unos dientes fósiles sobre la vida de los dinosaurios? Mucho más de lo que parece. Un nuevo estudio de la Universidad Libre de Berlín analizó microscópicos arañazos en los dientes de saurópodos (los gigantes de cuello largo) y descubrió pistas sobre su alimentación, sus migraciones e incluso el impacto del clima en su vida cotidiana.




Los dientes como “cajas negras” del Jurásico

Los científicos usaron un método llamado Análisis de Textura de Microdesgaste Dental (DMTA), que examina las diminutas marcas que dejan los alimentos en el esmalte. Cada diente funciona como un registro de los últimos días o semanas de vida del dinosaurio, revelando qué plantas comía y en qué condiciones vivía.

Analizaron 322 dientes de tres regiones fósiles clave:

  • Portugal (Formación Lourinhã)

  • Estados Unidos (Formación Morrison)

  • Tanzania (Formación Tendaguru)


Hallazgos sorprendentes

  • Los Diplodocus y parientes cercanos mostraron gran variedad en sus dientes, lo que sugiere que eran comedores generalistas, adaptándose a distintos alimentos.

  • Los Camarasaurus, en cambio, tenían un desgaste uniforme sin importar la región. Esto indica que probablemente migraban estacionalmente para encontrar siempre el mismo tipo de plantas.

  • En Tanzania, los titanosaurios tenían los dientes más gastados de todos. ¿La razón? Las plantas estaban cubiertas de arena arrastrada por el viento del desierto cercano. Comerlas era como masticar papel de lija.


El papel del clima

El estudio concluye que el clima fue el factor decisivo en las dietas de estos gigantes, más que la variedad de plantas. Lugares áridos y polvorientos dejaban marcas mucho más agresivas en los dientes que zonas más templadas.


¿Por qué importa hoy?

Estos hallazgos muestran que principios ecológicos que vemos en la actualidad, como la migración, la especialización en ciertos alimentos o la división de nichos, ya estaban presentes hace 150 millones de años. Además, ayudan a entender cómo convivieron tantas especies gigantes en los mismos ecosistemas sin competir entre sí.

Y lo mejor: los científicos creen que aún queda mucho por descubrir. Cada nuevo diente fósil puede añadir una pieza más al rompecabezas de cómo vivieron los dinosaurios.

“Es fascinante: a partir de arañazos microscópicos podemos reconstruir la vida de animales que desaparecieron hace millones de años”, resumen los investigadores.




https://youtube.com/shorts/mf9izSymyac

Fuente: https://www.sciencedaily.com/releases/2025/09/250907172638.htm 

(Imagen creada con IA)

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